Puche y el trono de Nuestro Padre Jesús Cautivo
INTERVENCIÓN DESDE UN ENFOQUE CONTEMPORÁNEO
Esta actuación se encuentra en la exposición ‘El Verbo Encarnado’, que se puede visitar en la Catedral malagueña desde este 21 de septiembre, con motivo del centenario de la Agrupación de Cofradías de Málaga.
La intervención de Puche en el trono de Nuestro Padre Jesús Cautivo es una acción que supone mucho a nivel artístico y emocional, porque es la única imagen que va situada en el trascoro, y porque es la primera vez que se hace desde un enfoque contemporáneo. Todo un honor.
Mi enfoque contemporáneo al Jesús Cautivo
La obra está situada en la plataforma del habitual monte de claves de Jesús Cautivo, y se vertebra de un modo orgánico sobre el diseño del escudo de la Hermandad.
No he querido olvidarme de la imagen que las promesas tienen bajo los pies del Señor, por lo que he realizado un dibujo sobre papel, grafito y lápiz de color, en el que la vegetación de claveles rojos se interpreta de un modo expresivo con incursiones iconográficas en los cuatro costados del Trono.
Atravesando los costados de izquierda a derecha un Elefante, y del frente a la trasera un Pavo Real, ambos enlazados en forma de cruz en el trono aludiendo al sentido de la eternidad de Cristo.
Por otra parte, las plumas del Pavo Real en la trasera del Trono siguen la línea argumental visual de la caída de la túnica de la imagen, en clara intención de continuidad entre imagen y trono. Al mismo tiempo, los ojos de las plumas, como bien sabemos, son los ojos de Dios que todo lo ve, devolviendo la mirada a las decenas de miles de promesas que van tras el trono todos los Lunes Santos, homenajeando a estos fieles y haciendo de este trabajo no una obra efímera, sino atemporal.
Por último, una procesión de peces transita por el Trono con un doble sentido. Por un lado, la idea de la multiplicación de la fe; y por otro, la contextualización marinera de la ciudad y su imagen, dando a la obra mayor sensación de fluidez desde el punto de vista formal. Dimensiones: 1000 cm x 127,5 cm.
Así es como Puche y el trono de Nuestro Padre Jesús Cautivo quedamos conectados para siempre, en una intervención que supone un regalo para los sentidos.
Fotografias de Lorenzo Carneros