Gollywoog Cakewalk en ‘Mares de Málaga’

GOLLYWOOG CAKEWALK EN ‘MARES DE MÁLAGA’: LA EXPOSICIÓN COLECTIVA SE PODRÁ VISITAR HASTA EL 26 DE NOVIEMBRE DE 2023 MUPAM

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Gollywoog Cakewalk en ‘Mares de Málaga’ es una unión muy especial para mi, porque fusiona a la perfección la coexistencia de obras de fantásticos artistas del siglo XIX, como pueden ser Carlos de Haes, Emilio Ocón o el propio Sorolla, confrontándolas con piezas contemporáneas como la de Andrés Merida, Bola Barrionueva o la mía.

En palabras del comisario, Óscar Carrascosa, «esta exposición contempla el pasado, presente y futuro de la ciudad y sus ciudadanos,  plástica y literatura, bienes patrimoniales, y relatos simbólicos. La muestra exhibe la mirada ante un mismo mar, de una Málaga cambiante en devenir histórico. El mar permanece mientras la sociedad se transforma, atrae ojos foráneos o algunos de sus nativos creadores consigo su visión a otra geografías, físicas y sentimentales».

A su vez, la muestra está conformada fundamentalmente con fondos de la colección del Museo de Patrimonio Municipal, que recorre varios siglos a través de las secciones: Mar a la vista, El ruido de la espuma, La tradición marinista, Memoria colectiva y recreación y Mares habitados. Además, comparto espacio con artistas excepcionales como Sorolla, Carlos de Haes, Horacio Lengo o los artistas Andrés Mérida o Sebastián Ruíz Rivas.

La exposición colectiva se podrá visitar hasta el 26 de noviembre de 2023 en el Museo del Patrimonio de Málaga.

Gollywoog Cakewalk, la alegría que es vivir

Gollywoog Cakewalk es una pieza de 200×153 cm cuya técnica usada es carbón graso, pastel graso y lápiz de color sobre papel Saunders Waterford y describe a un grupo de personas que juegan con las olas, en actitud lúdica y divertida que muestra la alegría que es vivir, un lugar en el que todos hemos deseado estar.

Este juego forma parte de mi línea de investigación, donde la gamificación de la vida se relaciona con el placer que es perder la noción del tiempo. A su vez, este juego genera confianza entre todos los personajes de la obra y esa actitud es lo que nos hace excepcionales como especie.

Se trata de una nueva manera formal de mostrar todo ello, a través de la desestructuración del dibujo, que comienza ligado a la más pura tradición formal del dibujo y que, en base al arrojo del agua, crea nuevas formas sumamente expresivas de plasmar la representación.

Es una obra fluida fruto del golpe y la caída del agua sobre el papel, de ahí que siempre diga que busco un lenguaje musical que nace de la percusión y el propio organicismo que se crea en el acto de la plasmación. El dibujo se crea y se destruye, capa a capa, capa sobre capa, como lo hace la propia tierra en nuestro planeta, estratos sobre estratos, como lo hace el propio ser humano sobre su historia, capa tras capa de nuestras distintas sociedades. Así concibe el dibujo, unas primeras capas de distintos grises como bases que serán cubiertas de color a través de distintas técnicas como las de base de agua y lápices de colores que le dan una mayor palpitación y brillantez a la obra.

La obra está inspirada en la música de Claude Debussy, concretamente en una suite dedicada a su hija Chuchú donde el compositor relata en modo musical los juguetes con los que juega su hija.

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